jueves, 31 de octubre de 2013

Kel, o los Orígenes - 1/6

1ª parte de 6.

KEL, O LOS ORÍGENES
(Extractos del libro del mismo título, escrito por el doctor Abronsius, decano de la universidad Real de Kalienne).

PRIMERA PARTE: Desde los orígenes de Creación hasta la aparición de la Gente de Kel.

“Bárbaros”, “primitivos”, “analfabetos”… es a través de estos términos que nuestra civilización más a menudo describe a nuestros turbulentos vecinos de las llanuras del norte. Tal es el desagradecimiento y la vanidad, en tan arrogante actitud, que adoptan nuestros contemporáneos con respecto a nuestros mismísimos orígenes. Pues ignorar la cultura de estos “bárbaros” es ni más ni menos que negar las raíces de todas las culturas humanas en este continente.

Hoy en día el término “Kelta” se aplica a numerosos grupos étnicos con gran variedad de tradiciones y costumbres. Aunque muchas de las tribus menores se encuentran dispersadas desde las llanuras de Avagddu hasta las tierras más lejanas del reino de Alahan y el imperio de Akkylania, el pueblo Kelta se encuentra principalmente representado por los Sessairs y los Drunes. Hoy son enemigos mortales, y sin embargo estos dos clanes comparten un pasado común que se relata en una oscura mitología.
Los Keltas son ciertamente una gente secretiva y poco conocida. No es fácil, ni siquiera para los más grandes académicos, desvelar los secretos que rodean la historia de las tribus disgregadas por todas las llanuras de Avagddu. Esto se debe principalmente por dos causas.
Las historias contadas por los bardos y otros narradores se encuentran salpicadas de misticismo y un simbolismo muy fuerte. Es por ello extremadamente difícil distinguir entre los hechos y la dimensión mítica de las leyendas Keltas.
Más importante aún, su cultura es de transmisión oral. La escritura es muy poco común y son los narradores quienes, transmitiendo historias y leyendas de generación en generación, actúan como la memoria colectiva de su pueblo. Por tanto, parece inevitable que a través de las décadas tales historias hayan sufrido diversas alteraciones.
Y finalmente, el elevado número de tribus Keltas y las rivalidades que las oponen pueden ser suficiente explicación para el aura de misterio que rodea su cultura. Es posiblemente por ello que las historias, aunque posean la misma base, difieran entre cada uno de los clanes y, en ocasiones, incluso entre diferentes tribus del mismo clan.

Es principalmente en el Panteón Kelta que esta situación es más evidente: héroes míticos se entremezclan con divinidades, algunas veces intercambiando posiciones, símbolos o atributos de una versión a otra. Los textos abajo transcritos, fruto del trabajo de los copistas de la biblioteca de Kallienne, son testimonio de la increíble complejidad y, en algunas ocasiones, incluso de las incongruencias de la mitología Kelta. Algunas de estas leyendas son objeto de diferentes versiones, pero aquellas que han sido aquí seleccionadas son las más comúnmente narradas.

Siguen siendo pese a todo historias emocionantes que nos permiten comprender mejor estas gentes con costumbres que pueden ser muy diferentes de las nuestras, y sin embargo cuyas leyendas nos transportan a nuestras raíces.
Los textos que se presentan a continuación provienen de una colección de mitos Keltas transcritos por los copistas de la Universidad de Kalienne.


DANU Y LAHN

Cuando la tierra de Aarklash era todavía joven y ningún hombre ni bestia caminaba por su superficie, Lahn y Danu reinaban sobre todas las cosas juntos.
Lahn reinaba en los cielos y por entonces el día nunca terminaba, puesto que la Luz nunca cedía terreno a las Tinieblas.
Danu tenía el poder sobre el resto de las cosas. Ella dio forma a las colinas y las montañas, creó los ríos, los lagos y los océanos, y creó las grandes praderas y los oscuros bosques. De todos sus dones el más precioso fue el de la vida.

Danu se unió a Lahn, pero en cierto modo tal unión permaneció estéril. Pese a que dio a luz a dos hijos, estos fueron dos varones y por tanto Lahn concluyó que sus descendientes nunca podrían poblar Aarklash. Amargado, acabó por apartarse y darle la espalda a Danu.
Danu permaneció sola con sus dos hijos, Cianath y Murgan. Cianath se parecía mucho a su madre. Bueno y generoso, también había heredado de su padre la visión de los cielos, el conocimiento de todas las cosas. Y con respecto a Murgan, éste se parecía mucho más a Lahn. Impulsivo y susceptible, muy a menudo empezaba peleas con su hermano. Danu aún permanecía insatisfecha, sufriendo al ver su tierra vacía y despoblada pese al don que era suyo.


EL CRISOL ORIGINAL

Entristecido por ver a su madre sufrir de tal modo, Cianath buscó a lo largo y ancho un modo que le permitiera a Danu poblar su tierra. Sus ojos inquisitivos finalmente encontraron lo que estaba buscando. Había un lugar en Aarklash donde las creaciones de Lahn y Danu se reunían perpetuamente para unirse y separarse. Cianath se dijo a sí mismo que si lograba unir esos elementos para siempre podría darle a su madre aquello que tanto anhelaba.

Así partió Cianath y caminó durante una eternidad. Habiendo alcanzado el límite de sus fuerzas llegó finalmente a la cueva que había vislumbrado en sus visiones. Aquí la Tierra y el Agua se mezclaban ardientemente con el Fuego y el Aire. Con una roca afilada Cianath se hizo un corte en el brazo y dejó que su sangre fluyera en el barro fundido. Sólo se detuvo cuando ya se hallaba a las puertas de la muerte y el caldo elemental se encontraba casi completamente frío. Entonces cogió un poco de este barro y le dio forma de crisol. Moldeó entonces un ser de barro para que fuera el guardián de este milagroso recurso antes de regresar junto a Danu.
Cuando dio a su madre el fruto de su sacrificio Cianath pronunció las siguientes palabras:
“Como una vez me diste vida, hoy te devuelvo parte de ella para permitirte poblar esta tierra de acuerdo con tus deseos”.
Moldeó entonces una figura de Tierra representando un ciervo y lo sostuvo ante su madre, pidiéndole que lo ungiera con una gota de su sangre. Dejó entonces la estatuilla en el crisol y de él salió súbitamente el primer animal en caminar por la superficie de Aarklash.

Desde ese momento en adelante Danu creó otros animales que se propagaron por toda la superficie de la tierra. Al contrario que Danu, Lahn, Cianath o Murgan, su vida estaba limitada por el tiempo, pero estos seres podían reproducirse y rápidamente crecieron en número.
Murgan pensó que el Crisol no era perfecto. También él quería mostrar gratitud hacia su madre así que decidió darle la inmortalidad a sus creaciones. Así, también él derramó su sangre sobre el Crisol.
Danu creó entonces a los Ogmananos, un pueblo de gigantes, y el linaje de los centauros. Aunque estos se habían beneficiado de la vida eterna como Murgan Había deseado, no poseían la capacidad de reproducirse.
Danu decidió entonces que los gigantes y los centauros serían las últimas de sus creaciones.

Los Centauros, al igual que los Gigantes y la prole de Oghmios, nacieron de la sangre de Murgan


LA TRIBU DE KEL

Kel es la tierra mística de los Keltas. Nadie sabe por qué la tribu que conquistó Avagddu la dejó. Algunos claman que era una isla que se hundió en las aguas. Otros cuentan que unos demonios surgidos del mar obligaron a los Keltas a exiliarse. Y aún otros proponen la hipótesis de que Kel no es otra cosa que una parte de un vasto continente y que la tribu que desembarcó en Aarklash eran conquistadores en busca de riquezas.

La tribu de Kel era un pueblo de poderosos guerreros que vivieron una vez en una isla de la que tomaron su nombre. Los dioses que los crearon los traicionaron un día. Nadie conoce el motivo que les llevó a dar la espalda a sus hijos, pero un día los hombres vieron su perdición aparecer entre la niebla. Los demonios del mar los estaban atacando.
Los hombres de Kel lucharon con coraje y resolución, pero las olas constantemente escupían nuevas criaturas. Pronto los jefes tuvieron que decidirse a llevar a su gente más allá del gran océano en busca de una tierra que los acogiera.
Los dioses ancestrales fueron maldecidos y sus nombres dados a los demonios. La gente de Kel subió a sus barcos y empezó una larga travesía que terminaría en las costas de Aarklash.



Cuando pusieron pié en la tierra que un día sería Aarklash los hombres y mujeres de Kel fueron bienvenidos por los gigantes. Avisados de su llegada por Cianath el Clarividente, estos Ogmananos se sintieron conmovidos por la historia de los Keltas y decidieron darles el derecho a asentarse en sus tierras. Sin embargo, pusieron una condición: los Keltas podían quedarse únicamente si se prometían obediencia a su diosa, Danu. Los hombres pidieron entonces tiempo y regresaron a sus barcos para debatir la cuestión.
Por aquellos tiempos el jefe del pueblo de Kel era un hombre que podía ser despiadado con sus enemigos, pero que siempre ponía la felicidad de su gente por encima de todas las cosas. Avagd de la Mano Roja era su nombre. Su pueblo había sido puesto a prueba por la larga travesía y se declararon a favor del trato que los gigantes les ofrecían. Pero los otros dignatarios de la tribu decidieron que nunca jamás volverían a dejar que ningún dios les traicionara. Tras muchas horas de discusión los jefes de los hombres tomaron una decisión: nunca serían capaces de forzar a su gente a otro éxodo, ni tampoco volverían a un estado de servidumbre.
Cuando los gigantes volvieron para escuchar la respuesta de los Keltas los encontraron atareados levantando un campamento y pensaron que habían aceptado su oferta. Ogmios, el líder de los gigantes, se presentó ante Avagd y le ofreció una pequeña estatuilla de Danu. Avagd rechazó el presente. Confuso, Ogmios insistió pero uno de los jefes cogió la estatuilla y la rompió como signo de desafío. Habiendo comprendido este acto mejor que cualquier explicación, Ogmios y sus compañeros se marcharon sin mediar palabra.
Fueron al encuentro de Murgan, a las montañas boscosas donde disfrutaba de la caza. Cuando escuchó cómo los recién llegados se habían atrevido a insultar a su madre, Murgan juró lavar la ofensa con sangre...

CONTINUARÁ...
1ª parte de 6.

Traducido por Winterblue
Fuente: Cry Havoc.

1 comentario:

  1. Ostis! no me habia parado a leer esto, y la verdad que está genial!!!.
    Ahora ya se quien es Ogmios :)

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